Carmen Colson es ama de casa y su marido Wayne trabaja para una empresa de fundición de metales. Ambos llevan una vida tranquila en Michigan, hasta que se cruzan accidentalmente en el camino de un estafador amateur y un asesino a sueldo. Admitidos en el Programa Federal de Protección de Testigos, se ven obligados a cambiar de identidad y residencia, pero no será tan fácil librarse de los criminales que creen haber dejado atrás.