El ladrón lleva a cabo el robo de su vida cuando roba al psicótico señor de la droga, Temple. El plan se lleva a cabo sin problemas hasta que el ladrón descubre un polizón en su coche de huida: la esposa embarazada de Temple, Mia. Con Temple y su mejor asesino, el francés, en plena persecución, el ladrón se debate entre emprender una rápida huida o dar un arriesgado rodeo para ayudar a Mia a escapar de las garras de su marido. En cualquier caso, su única posibilidad de escapar con vida es conducir.