El joven Ugyen es profesor en una ciudad de Bután, pero sueña con ser cantante en Australia. A causa de su actitud, es enviado a pasar su último año como docente a Lunana, el pueblo más remoto del país, en mitad del Himalaya. Tras un agotador viaje, Ugyen llega a Lunana, donde se encuentra prácticamente sin electricidad ni calefacción, en una escuela sin ventanas ni pizarra. Desesperado, decide marcharse cuanto antes pero, poco a poco, se ve conquistado por la sencillez, bondad y ganas de aprender de los pequeños y sus familias. Pese a vivir en la pobreza, a merced del clima, los hombres y mujeres de Lunana lo comparten todo y tienen una canción para cada momento.