Katia y Maurice Krafft amaban dos cosas: el uno al otro y los volcanes. Durante dos décadas, esta atrevida pareja de vulcanólogos franceses se dejó seducir por la emoción y el peligro de este elemental triángulo amoroso. Recorrieron el planeta, persiguiendo las erupciones y sus consecuencias, documentando sus descubrimientos en impresionantes fotografías y películas para compartirlos con un público cada vez más curioso a través de intervenciones en los medios de comunicación y giras de conferencias.