Clara (40) regresa a la centenaria estancia patagónica, con Martína (8), su pequeña hija, luego de veinte años de ausencia. Allí la espera su papá, Daniel (75), con el que Clara está distanciado por un viejo e inútil rencor. La estancia ha envejecido como su padre y a los problemas habituales se suma una jauría de perros salvajes que diezman a los rebaños y los acechan. Clara deberá llegar hasta su Lado Salvaje para salvar a su padre, resolver sus contradicciones, y recuperar a su familia.