Una mutación del virus de la rabia común, la B249, ha sido transmitida a los humanos. Los infectados atacan a todo ser viviente que se encuentre en su camino; una mordedura basta para quedar infectado y sus efectos se manifiestan a los pocos segundos. No hay energía eléctrica, ni comunicaciones, ni ejército, ni gobierno. Un grupo de 5 supervivientes huye hacia el campo alejándose de las zonas más pobladas.