Lucía y Ofelia jamás hubieran sido amigas, les tocó ser hermanas. Es el día de la boda de Lucía. Se casará con Juan, su pareja desde hace cuatro años. Carmen, la madre optimista y negadora, decide invitar a su hija Ofelia a la boda de su primogénita, queriendo poner punto final a la rivalidad entre las hermanas que llevan siete años sin saber una de la otra.