Arturo es despedido de su empresa al aplicar un algoritmo que él mismo ha ayudado a crear y que hace innecesario su trabajo. Tras perder empleo, casa y pareja, su salida a la desesperada es convertirse en repartidor en bicicleta de una ‘app’ de envíos. Su único solaz será una inteligencia artificial femenina desarrollada por la propia empresa de ‘riders’ con la que podrá desahogarse tras los duros días de trabajo.