Luchando pero sin disculparse por vivir en sus propios términos, Inez se muda de refugio en refugio a mediados de la década de 1990 en la ciudad de Nueva York. Con su hijo Terry de 6 años en un hogar de acogida y sin poder dejarlo de nuevo, lo secuestra para que puedan construir su vida juntos. A medida que pasan los años, su familia crece y Terry se convierte en un adolescente inteligente pero tranquilo, pero el secreto que ha definido sus vidas amenaza con destruir el hogar que han construido de manera tan improbable.